La Asociación Universidad para el Desarrollo en África, representada por dos de sus principales impulsores, el padre Gaetán Kobasha, vocal, y José María Molina, consejero, nos han hablado de su ambicioso proyecto para llevar la educación universitaria al continente africano. Además, hoy se ha firmado un acuerdo de colaboración entre AUDE y Envera, por el que, a través de nuestro Centro de Reciclaje Solidario, participaremos en el suministro de material informático y educativo para el uso de sus estudiantes.
Gaetan es de Ruanda, la historia de sus últimos 25 años es para escribir un libro, o dos, nos comenta. Desgraciadamente, él vivió y sufrió aquella abominación humana teniendo que exiliarse a Zaire, hoy el Congo, donde también estaban en guerra, y posteriormente a otros países hasta terminar en España. Más tarde regresó a Ruanda y vio claro que la mejor forma de ayudar a sus paisanos era formando a profesionales cualificados: universitarios.
El genocidio ruandés afectó a todas las familias, de una o de otra forma, pero hoy se están superando aquellas pesadillas y se dan pasos certeros como ocurre con la propuesta de AUDE.
Gaetan nos habla de las diferencias tan grandes entre las ciudades y las zonas rurales de África, entre cómo vivimos en España y cómo se vive en algunos países africanos, sin democracia, sin sanidad, sin educación, ni leyes ..., añade que la única forma de salir de esas situaciones es por medio de la educación: con médicos, arquitectos, ingenieros, profesionales universitarios locales, con una formación capaz de cambiar estructuras, organizaciones y pensamientos.
José María nos explica perfectamente el funcionamiento de la asociación y, orgulloso, comenta el arduo camino para llegar, en este último año, a tener 20 estudiantes ruandeses cursando estudios superiores. Continúa, la solidaridad en la propia organización es básica; así cuando un estudiante se gradúa, hay un compromiso de reintegrar a la asociación la oportunidad que tuvo. De esta manera, se persigue el autodesarrollo y la sostenibilidad.
La transparencia también es uno de sus principios, de tal forma que la inversión en los estudiantes va directamente a la universidad, en su país de origen, donde el alumno completará su formación.
Son tantas preguntas que surgen sobre lo desconocido, sobre las diferencias e injusticias, que el programa duraría un par de días. Terminamos pensando en positivo, augurando una mutación del Africa explotada, conflictiva y poco desarrollada, hacia un futuro de esperanza que ya ha comenzado a idearse y donde todos tenemos nuestra parte de responsabilidad.
Envera ha hecho un primer gesto donando un ordenador portátil a un estudiante en la última etapa de doctorando, listo para contribuir al resurgir de un continente absolutamente fascinante.
Enhorabuena, amigos Gaetan y José María, por un proyecto tan increíble y del que ya comenzáis a ver sus frutos.
Hasta muy pronto y mucha suerte en vuestro empeño.
